19 de abril de 2009
Mantener el 2° lugar nada mas
No fue un buen partido, claro: tenso, emotivo, disputado, apasionante por momentos, pero nunca muy bueno técnicamente. Por encima, el empate por 1 a 1, producto de los goles de Mario Balotelli y Zdenek Grygera, no refleja fielmente lo ocurrido en la cancha. Porque Inter pudo y debió haber ganado: se puso arriba, quedó también en superioridad numérica por la expulsión de Tiago, pero pagó los cambios errados de su entrenador, se confió demasiado y al final se dejó alcanzar por el clásico cabezazo en jugada de tiro de esquina. De cualquier manera, Inter puso una piedra tumbal sobre el discurso Scudetto: suma 74 puntos en la punta del torneo y mantiene su ventaja de 10 sobre Juventus que, el domingo, podría ser alcanzada por Milan en la segunda posición, en caso de triunfo rossonero ante Torino. Al comienzo, Inter arrancó con un 4-3-3 en el que capitán Zanetti, a su partido número cien consecutivo en Serie A, algo extraordinario, cumplía el puesto en el que comenzó su carrera, el de lateral derecho, Stankovic, Cambiasso y Muntari formaban la línea central y Balotelli y Figo se movían muy abiertos por los laterales, con Ibra al medio. Juventus, por su parte, jugaba con su clásico 4-4-2, con Poulsen y Tiago volantes centrales y Del Piero e Iaquinta formando la dupla ofensiva. El primer tiempo fue sumamente equilibrado, con una llegada clara por parte: Buffón hizo el milagro ante Balotelli (luego Tiago despejó sobre la línea de sentencia), y Julio César logró taparle el mano a mano a Marchionni, con un reflejo bárbaro. En la segunda etapa, Inter arrancó mucho mejor, moviendo muy bien la pelota al medio y aprovechandos los espacios para los galopes en profundidad de sus delanteros. En esa fase, se pasó casi a un 4-4-2, con Figo alero y Balotelli más cerca del área. Sin embargo, el gol de la ventaja llegó por un error bianconero, porque a la salida de un tiro de esquina el equipo local quedó totalmente "regalado", al punto de que Inter metió la contra rápida y pudo quedar tres contra uno: Muntari no erró el pase y Balotelli definió con frialdad y categoría, fucilándolo a Buffón. Desde ese momento, Inter se hizo dueño absoluto del trámite y aumentó su ventala, porque Tiago se hizo traiccionar por los nervios y, antes los toques elegantes de los rivales, se sintió afectado en el honor y decidió hacerse "justicia" por sí mismo. Un error imperdonable, porque uno puede sentirse cargado si está 4 a 0 abajo, pero con una diferencia mínima el partido hay que jugarlo todo y no se puede hacerle un daño así a tu propio equipo. En este segmento, Buffón fue realmente decisivo (y, para nosotros, se ganó la mención de figura) porque protagonizó dos atajadas extraordinarias que salvaron el resultado, una ante el remate de Stankovic que se colaba en el ángulo superior (con mano cambiada, espectacular), la otra sacando el disparo de Cruz que se metía debajo del travesaño. En ese moemnto, Mourinho le erró feo: en lugar de rematar la faena, metió dos cambios muy defensivos (Vieirá por Balotelli y Burdisso por Muntari) y, si bien más tarde trató de disminuir el daño con el ingreso de Cruz por Figo, evidentemente les transmitió un mensaje equivocado a sus hombres y a los rivales, que a puro orgullo se lanzaron hacia adelante. Tal cual le había pasado la semana anterior ante Genoa, la Vieja Señora demostró un orgullo enorme y logró el empate a pesar de la inferioridad numérica. Claro, su única manera de llegar eran las pelotas paradas: Grygera aprovechó el tiro de esquina desde la izquierda de Giovinco.para saltar detrás de los tres nerazzurri apostados por el primer palo y estampar el cabezazo ganador. Esta vez, Juventus no repitió el error hecho ante Genoa: no trató de ganarlo, sino que se conformó con lo logrado y se dedicó a defenderlo con uñas y dientes en los cinco, larguísimos minutos de descuento, llevando a puerto un resultado que, por la remontada final, puede ser considerado positivo. Mourinho realmente cumplió un papel muy pobre, quizás el peor desde que está en Italia: especular con hombre de más pero una ventaja mínima en la pizarra es un actitud casi suicida, que en este caso recibió el castigo merecido. Para ser un pòrtugués, Mou parece realmente demasiado "italianista".
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