28 de abril de 2009
No levantan cabeza
Era el peor resultado posible, porque el empate realmente no le servía a nadie: seguramente no al local, puesto que Reggina parece haber perdido esta tarde el último tren para la permanencia, y tampoco a Juventus, que tenía que mostrar una reacción luego de los últimos malos resultados y, en cambio, sigue sin ganar (tres puntos en los últimos 4 partidos, sin contar la eliminación de Copa Italia) y perdió la segunda plaza. En efecto, luego del 2 a 2 firmado por Antonino Barillá, Alex Del Piero (de penal), Emil Hallfredsson y Cristiano Zanetti, Juventus se cayó a la tercera posición con 65 puntos, a dos de Milan, mientras que Reggina tiene 24 y sigue siendo colero, pero ahora a seis unidades del umbral de la permanenecia. Reggina jugó con su acostumbrado 3-5-2, con Brienza y Ceravolo de punta, mientras que Claudio Ranieri confió en la "vieja guardia", con el regreso de Zanetti en el medio y de Camoranesi y Nedved por los costados, mientras que Del Piero e Iaquinta formaban la pareja ofensiva. Reggina arrancó con todo, una presión infernal en toda la cancha, pero Juventus no se dejó llevar por delante y el partido se puso divertido, de ida y vuelta y con varias ocasiones de gol. Iaquinta y Brienza erraron chances muy claras, luego Reggina se puso arriba con un cabezazo de Barillá, dejado demasiado solo por el segundo palo. Juventus reaccionó enseguida, de la mano de un Nedved muy activo, pero el producto de ese esfuerzo fue un penal bastante evidente (falta de Cirillo, faltaría, más, contra Del Piero) que el referí no concedió de manera realmente imposible de explicar: así, el descanso encontró al local en ventaja. En el complemento, Juventus salió con todo y encontró el empate luego de apenas tres minutos: esta vez la jugada de Adejo contra Iaquinta no pareció falta, pero evidentemente Saccani, en el vestuario, había apreciado el tamaño del error anterior y quiso compensarlo con otra decisión dudosa. Del Piero no tuvo dudas y transformó, con la acostumbrada categoría, la pena máxima en el gol del empate. Uno pensaba que Juventus acabaría goleando, pero no fue así: muy por el contrario, Hllfredsson pescó el "comodín", un zurdazo desde unos 20 metros que se clavó, absolutamente inatajable, en el ángulo superior a la derecha de Buffón. El Granillo estalló, pero la alegría duró muy poco, porque en cuatro minutos Zanetti estampó el empate, recogiendo la "torre" hacia atrás de Iaquinta y rematando de derecha. El final regaló más emociones: ingresó Amaurí, luego de una larga ausencia, y tuvo la chance de darle el triunfo a su equipo, justo en los segundos finales. Pero hubiera sido demasiado premio para un equipo que extravió el camino y no mereció más que la igualdad.
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