
Porque, una vez más, tal cual como el guardavalla se temía, Del Piero le anotó, no uno sino dos tantos: el primero con un zurdazo a girar (en Turín había sido un derechazo, también con comba a cerrar: para todos los gustos), y luego con un típico tiro libre "a la Alex", ayudado en este caso por la pésima colocación de la barrera, un error demasiado grosero para uno como Casillas, quien evidentemente ante este rival juega atemorizado.
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